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Inmensidad de caracol

Pequeños grandes mundos los de los niños y niñas que como los caracoles poseen la capacidad de alojar en sí la inmensidad potente de un océano.

Pequeños grandes los mundos de los niños y niñas que poseen en su la capacidad de ver y sentir la grandeza en lo sutil de los pequeños gestos, de los movimientos espontáneos del jugar.

 

¿Seremos los adultos capaces de conservar en si esa grandeza inmensa a partir de lo pequeño tanto en nosotros como en el momento de conectar con un niño?

 

¿Será la infancia un modo de conectar con la inmensidad y grandeza que anida en lo pequeño? 

 

 

A-barcar las infancias 

Un barquito de papel multicolor capaz de abarcar a todas las infancias en sus diferentes singularidades combinado con un reloj que al jugarse produce e inventa el tiempo de la experiencia infantil...solo así podremos proteger a los niños y niñas para que la dimensión de cada existir adquiera vuelo chispeante vital creativo. 

 

Quizás acompañar a las infancias se trate de donar, crear y cuidar barquitos de papel que "abarquen a todxs"... para que ningún niño ni niña quede expulsado de ese territorio. 

 

Escribamos con pliegues de origami sobre las hojas de las niñeces para cuidar las marcas de la infancia, marquemos con actos y no solo con palabras. 

 

Aún conservo un barquito de papel que pinté en mi infancia. En él guardo pedacitos de crayones que algunos pacientitos utilizan para pintar sus propios mundos.

Nos encontramos allí, en los pliegues y despliegues de las hojas del barquito de la infancia... y Bárbara niña intentando pintar junto con ellxs ese reloj que invita a moverse para poder jugar.

 

Por que jugar tiene que ser un derecho que abarque a todas las infancias.

 
 

Entre nos-otros

Sus juegos no eran juegos en devenir. La imagen del cuerpo no se ponía en juego, más bien él era movido por la imagen mecánica, repetitiva y predecible de los video-juegos.

Sesión a sesión vamos creando Among Us en papel y los dibujos toman vida transformándose en títeres que se mueven libremente por el espacio, de manera impredecible, desconocida de antemano, infinita como lo es el universo infantil.

De a poco su cuerpo se va poniendo en juego y somos nosotros los que nos transformamos en unos "Among us Exploradores" y recorremos espacios desconocidos del edificio, transformamos algunos de sus miedos en curiosidad, ahora le dan ganas de saber lo que hay en la oscuridad. Vamos juntos, tomamos valor del Entre Dos que construimos, las pistas de autos se vuelven más grandes, con puentes levadizos, toboganes y túneles, el placer por crecer no es tan lejano por momentos. 

Crecer puede ser también la posibilidad de aventurarse más hacia nuevas rutas que se muevan en conexión con el infinito mundo de lo infantil en escena. 

Among Us significa "Entre nosotros". 

En tiempos donde el "Entre nosotros" peligra por momentos su existencia, generemos tiempos y espacios capaces de generar Among Us bien jugados, en escena, en devenir.

No hay juego sin otro. 

No hay nos-otros sin juego.

 
 

Infancias encapsuladas

Que la medicación no se encuentre al servicio de encapsular el sufrimiento de las infancias.

Que la medicación acompañe únicamente en tanto sea necesario y no se convierta en un modo de medicalizar y forzar a las infancias a que se sobre-adapten a la maquinaria capitalista insensible del éxito a cualquier costo.

Mediquemos dando tiempo, dando amor y dando juegos.

Prestar atención es donar tiempo y afecto.

 ¿Cómo un niño puede donar ese tiempo si los adultos no se lo damos primero a él?

Donemos tiempo y afecto para que el sufrimiento pueda ser tramitado y puesto en juego.

Jugar es un acto de rebeldía. 

Que donde el sistema capitalista de consumo propone someter a las infancias a través de cápsulas haya juego e interés por sostener y acompañar la rebeldia propia del mundo de las niñeces.

 

 

 

Reloj que des-horas

Diagnosticar clasificando el sufrimiento de las infancias es introducir a los niños a un reloj sin devenir que no marca las horas. 

Reloj del diagnóstico clasificatorio que cristaliza el tiempo de las infancias al arrancar las agujas del reloj imposibilitando así la posibilidad de hacer la experiencia de la infancia.

Por infancias que puedan poner en juego su sufrimiento sin quedar cristalizados en él a partir de un rótulo que redobla el sentimiento de dolor.

Por adultos que acompañen en la posibilidad de brindar tratamientos que otorguen buen trato hacia las infancias y su padecimiento subjetivo.

 

 

Carrousel del destratar

Calesita que gira sin cesar y sin llevar a ningún lugar, el de la Certificación Única de la Discapacidad. 

Tener que primero nombrar a un niñx como "Dicapacitado" y que para ello además sea clasificado con nomenclaturas diagnósticas que no contemplan su singularidad y arrasan aún más con la subjetividad al patologizar, es implementar políticas Crueles y de Maltrato que enferman aún más en lugar de "Curar".

Ningún niñx debería ser rotulado con un diagnóstico y ser nombrado discapacitado para poderse tratar.

Clasificar y discapacitar no es tratar, es estigmatizar. 

Brindemos tratamientos que protejan los colores de las infancias  en lugar de quitarles los colores.

Que el llamado "Certificado Único de Discapacidad" se convierta en un "Certificado Universal de Prestaciones", por que la salud es un derecho universal que no debería requerir de etiquetas para poder acceder.

 
 

Amorosidad

El amigo imaginario protege, el amigo imaginario cose.

Un oso de peluche puede ser para un niñx la posibilidad de contar con un otrx capaz de donar  y gestuar un movimiento reparador y amor-oso hacia la infancia y su constitución subjetiva. 

Un niñx abrazando a su peluche descubre la posibilidad de dar amor, de recibirlo, de encontrar refugio y protección, de refugiar y proteger, de crear la relación con el semejante y así poder devenir junto a otrx. 

 

 

Uniendo  los corazones creamos un corazón en común, un corazón capaz de incluir a todxs los colores para que ninguno se sienta fuera.

¿Le damos la mano al de al lado?

 
 

¿Y qué diría tu yo del pasado?

¿Qué haces para mantener vivo, colorido y chispeante a tu yo del pasado?

 

Jugando en la vida adulta nos regalamos la experiencia de sostener y mantener vivos los colores de la infancia. Colores cuya potencia nos posibilitan ir al encuentro de lo nuevo, un camino en devenir, un camino inventado y no señalizado por otros. Un camino en el cual el deseo no sea anónimo y sea singular.


 

Lágrimas compartidas

Alojando el sufrimiento del otro creamos un lazo en común en el cual transformamos el sufrimiento en cada latir compartido, tomando color a partir del encuentro de un entre-tiempo desde el cuál devenimos juntos en otra escena.

Ser sensible al sufrimiento de las infancias es poner lágrimas a lo in-nombrable de ese dolor  para crear un borde que permita habitar un espacio compartido  para el dolor y para los distintos matices del existir en general.

 

Artistas

¿Quién dijo que se necesita de un pincel para pintar? 

¿Quién dijo que jugar a manchar no es pintar? 

Quizás tengamos que aprender de los niñxs y de los artistas, comprender que para expresarse hay múltiples lenguajes y no es solo la palabra el único modo de comunicar.

Quizás respetando cada arte singular de cada niño, podamos ingresar en él y al no estigmatizarlo,  acompañar a pintar juntxs. 

 

Lic. Bárbara Briguez 

Psicóloga de infancias y adolescencias 

Psicodibujante

 
 
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